El quemador de bioetanol es el elemento más importante de una biochimenea, la importancia de un elemento que debe garantizar la seguridad y la durabilidad a menudo se subestima durante la fase de compra.
¿Por qué desconfiar de los electrodomésticos de mala calidad?
El bioetanol es un alcohol, normalmente el quemador también actúa como depósito del mismo y puede contenerlo en distintas cantidades, en el mercado se suelen encontrar quemadores que consisten en un simple recipiente de chapa para ser llenado y encendido, en estos quemadores queda el bioetanol es libre de moverse y puede ser una fuente de peligro, especialmente en aparatos que no están firmemente fijados a la pared o al suelo; incluso en este caso los peligros no se eliminan por completo. En la antigüedad, en caso de un evento sísmico, era muy frecuente el desarrollo de incendios provocados por el derrame del líquido de las lámparas de aceite.
Otra fuente de peligro son los encendidos violentos o las microexplosiones que pueden producirse como consecuencia de la formación de vapores de bioetanol en los espacios vacíos del quemador, aspecto que cobra especial relevancia en los grandes aparatos, especialmente cuando el líquido se agota parcialmente en el interior. La presión que se crea puede favorecer la emisión de pequeños chorros de líquido inflamado con las consecuencias previsibles en caso de caída sobre muebles, alfombras o suelos de madera.
Otro inconveniente que puede presentarse es la dificultad de extinción, que se presenta en muchos aparatos de bajo costo, el quemador se calienta durante el funcionamiento y como todos los materiales está sujeto a dilataciones incluso considerables en el caso de longitudes importantes, si la base de la construcción no hay un proyecto que tenga en cuenta la elección de los materiales, las fases de construcción y soldadura respetando el correcto procedimiento podemos llevarnos la desagradable sorpresa de no poder apagar el quemador por cuyo cierre salen los vapores de bioetanol caliente, forzando esperar a que se agote el líquido incluso durante horas mientras salíamos de casa y no confiamos en dejar un fuego encendido.
¿Por qué un quemador profesional?
Un quemador profesional es el resultado de un diseño que está atento a todos los aspectos: la elección de los materiales, el dimensionamiento, el cálculo y la verificación de la expansión, los procedimientos de construcción y soldadura, así como una larga fase de prueba de funcionamiento y duración; de esta manera se eliminan todos los posibles riesgos de mal funcionamiento y problemas para una seguridad absoluta. No hay bioetanol libre en el interior, incluso en caso de vuelco no hay fugas de líquido; un laberinto interno asegura una distribución uniforme durante el llenado y una liberación gradual y constante durante el encendido y el funcionamiento, así como la posibilidad de regulación de la llama y extinción instantánea.
Un quemador profesional garantiza años de uso tranquilo y le permite disfrutar del placer de una llama viva sin preocuparse por la seguridad del hogar y la familia.