No cabe duda de que, en algunos contextos, un quemador de color negro podría camuflarse haciendo que la llama sea la protagonista, a diferencia del color natural del acero inoxidable, que es ciertamente más perceptible.

En este artículo explicamos por qué hemos optado por producir nuestros quemadores manuales sólo en la versión con acabado de acero inoxidable.

Como en todas nuestras elecciones, la tecnología es la que guía nuestras decisiones.

La boca de fuego y especialmente la compuerta de cierre están en contacto directo con la llama, que desarrolla temperaturas muy altas.

Ninguna pintura puede soportar estas tensiones durante mucho tiempo, y al cabo de poco tiempo se agrieta y empieza a descascarillarse, creando problemas no sólo estéticos sino también funcionales.

El amortiguador debe poder deslizarse libremente dentro de sus guías, y la pintura, que se desprende a la larga, puede convertirse en un obstáculo.

La garantía que cubre nuestros productos es real, de hecho intervenimos inmediatamente por cualquier defecto que pueda surgir y por esta misma razón no podemos fabricar artículos sabiendo de antemano que darán problemas irremediables.

Nuestra misión es garantizar la satisfacción del cliente a largo plazo, por lo que hay que resolver algunas opciones.

El color negro sólo está disponible para los quemadores automáticos, en los que el control de la llama lo realiza la electrónica y no la compuerta. La compuerta, en este caso, sólo cierra el quemador cuando se apaga la llama y tiene una función puramente estética.

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